Nullam partes
confessio atque probationes.
Hay que buscarse objetivos de mierda, hay que elegir los objetivos más berretas, confesión de partes relevo de
pruebas, de a poco comienzan a aparecer los temas de preocupación de los
paisanos con la panza llena los temas que desvelan a los señores gordos que
resuelven los problemas de la patria en sobremesas de banquetes opulentos,
igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches, la verdad de la
milanesa tiene que salir en medio de tantas falsedades tratando de esconder las
verdaderas razones que hay sobre los discursos sobre girados, la verdad como
esta, la gente está enferma porque el gobierno implementa una medida que
deberían haber implementado varios gobiernos de Perón el primer Perón para acá,
pero la gente lo mismo se queja, a confesión de partes relevo de pruebas toda
la protesta con este gobierno se reduce a que no se pueden comprar dólares, que
aunque no lo entiendan y varios miles digan lo contrario, está bien lo que
están haciendo, desmontando comportamientos que de caprichosos significan altos
costos para la economía nacional, están bien las medidas que se toman porque el
“ahorro” individual de una persona que es legítimo no tiene porqué ser
financiado con fondos públicos, porque si se ahorra en activos externos
(dólares) convirtiendo lo que originalmente eran activos internos (pesos) hay
costos sociales que alguien paga en algún momento; (CRONICAS) Merleau Ponty
distinguió la ambivalencia de la ambigüedad. La ambivalencia es una oscilación
entre dos extremos sin medias tintas. La ambigüedad, en cambio, es una posición
de crítica e interrogación indefinida. Lo hizo en su libro Elogio de la
filosofía para indicar que el filósofo debía estar siempre en la segunda
alternativa. La política argentina hace muchas décadas que se ubica en la
primera. ¿Dejará en 2015 de ser ambivalente? Están quienes creen que después
del largo ciclo kirchnerista, y cuando se confirme su fracaso, se volverá
inevitablemente al otro extremo del péndulo con una sociedad reclamante de
orden y eficacia. Los hechos del Borda demuestran lo difícil que sería tratar
de encauzar a la sociedad con esos métodos, después de 12 años de haber
convencido a todos de que lo único que se tiene son derechos. Por ejemplo,
cinco millones de argentinos reciben un ingreso sin trabajar; y los subsidios
son imprescindibles durante las crisis o durante el tiempo que la persona tarde
en reinsertarse en el mercado laboral, en el caso del desempleo, pero ya
llevamos más de una década de crecimiento. Están también quienes creen que el
superciclo del peronismo, como partido de poder, no se agotó y que volviendo a
contar con los sindicatos como “garantes de gobernabilidad”, a cambio de poder
político y económico, se puede pasar de Cristina a Scioli, De la Sota o Massa
para que todo cambie ambivalentemente, pero lo que sea sistémicamente igual no
podrá ser muy distinto en el fondo. Quizás la Argentina tenga que esperar hasta
2019 para atravesar un cambio verdadero, como el que se dio en Brasil hace poco
más de una década. Pero, aun en el mejor de los casos, al próximo presidente le
esperan un duro trabajo por delante y el desarme de muchas bombas activadas. La
segunda presidencia de Cristina Kirchner parece estar orientada al “método de
la no solución”, creando conflictos donde no existe el suficiente poder para
resolverlos, en un sentido ni en el otro. El dólar blue es una de las bombas,
pero su reloj adelanta. Cuando Moreno pasó por la facultad, quizás no enseñaban
todavía a Husserl, pero seguramente Kicillof sí pudo tomar contacto con la
Fenomenología iniciada por Husserl y continuada por Heidegger, Merleau Ponty y
Sartre. Podría entender qué pasa con el dólar blue si releyera Fenomenología de
la percepción, donde Merleau Ponty desarrolla el ejemplo del miembro fantasma,
el caso de personas a las que se les ha amputado un brazo o una pierna, pero
siguen sintiendo dolor y picazón en una parte del cuerpo que ya no tienen
físicamente pero la siguen teniendo psicológicamente. El miembro fantasma es
una experiencia constante y muchas veces se activa por efecto de una emoción o
luego de alguna experiencia desencadenante. El cepo cambiario puede leerse
tanto como una amputación que no logra insensibilizar el área suprimida, como
la emoción que desencadena la memoria del cuerpo social que tenía ese recuerdo
de ir a comprar dólares. Para Merleau Ponty, la experiencia del miembro fantasma
es modélica de nuestra propia experiencia corporal. Simplificándoselo a Moreno:
hay cosas que no se cortan aun cortadas, comportamientos que siguen vivos salvo
que se haga una revolución en serio y se elimine real y simbólicamente a toda
una generación. Otro ejemplo de Merleau Ponty es el del insecto al que se le
corta una pata y al poco tiempo otras patas pasan a reemplazar la función de la
cortada. Hay un pensamiento orgánico, en palabras de Merleau Ponty: “El mundo
es un plexo utensiliar, después de la amputación se guarda el campo práctico
que se tenía antes de la mutilación”. Un indio no ve una silla cuando se
enfrenta a ella porque no usa sillas, ve sólo el conjunto de sus partes; un
argentino no ve al dólar como a un billete, sino como su herramienta de defensa
frente a la inflación. Mientras la inflación no descienda, el dólar no dejará
de subir por más que el Gobierno corte y ampute todas las herramientas que
permitan agarrarlo. El cuerpo actual es el presente, el cuerpo habitual es el
pasado que acompaña y recubre el cuerpo actual, de modo que lo reprimido
acompaña la experiencia del presente, aunque no de una manera consciente, pero
sí como una latencia general. Es el cuerpo vivido (pasado) el que capta el
esquema de posibilidades de acción. Sobre la negación kirchnerista al problema
del dólar, Merleau Ponty escribió sobre el miembro fantasma: “El enfermo sabe,
pues, de su deficiencia, en tanto que la ignora, y la ignora, justamente, en
tanto que la sabe”. Para Husserl todo es natural y cultural al mismo tiempo,
las posibilidades de comportamiento del cuerpo habitual son aprendidas en
contextos culturales particulares. El cuerpo es un objeto afectivo, no sólo es
sensible, sino también sintiente. La fenomenología es el estudio de las
estructuras de la experiencia, el estudio de los fenómenos. Para Heidegger, la
fenomenología era el arte o la práctica de “dejar que las cosas se muestren
ellas mismas”. Que el cepo cambiario haya hecho duplicar el valor del dólar
blue se “explica por sí mismo”. Hay un paralelismo entre la fenomenología y la
psicología, pero reinterpretando filosóficamente la psicología. O sea, una
disciplina ideal en la Argentina actual. Para una fisiología mecanicista
(social o humana), el cuerpo sería una especie de teclado que el mundo tocaría.
El mundo sería el Estado con su intervención en la economía. Pero, para Merleau
Ponty, el mundo sería una especie de martillo que realiza mecánicamente el
mismo movimiento y el cuerpo sería un instrumento que se mueve por sí mismo de
manera de ir haciendo sonar una melodía. Los argentinos tienen su modo de ir al
encuentro del mundo, en este caso el Estado, y ningún burócrata hoy ni ningún
político en 2015 tendrá éxito sin tener en cuenta la memoria corporal del
cuerpo social de los argentinos.
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