sábado, 12 de mayo de 2012

hojas viejas

Abdicación
Tómame, oh noche eterna, en tus brazos y llámame hijo.                                          














Yo soy un rey que voluntariamente abandoné mi trono de ensueños y cansancios.
















Mi espada, pesada en brazos flojos, a manos viriles y calmas entregué; y mi cetro y corona yo los dejé en la antecámara, hechos pedazos. Mi cota de malla, tan inútil, mis espuelas, de un tintineo tan fútil, las dejé por la fría escalinata.








Desvestí la realeza, cuerpo y alma, y regresé a la noche antigua y serena como el paisaje al morir el día. fernando pesoa Versión de F. Gutiérrez














Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperación... Ah! La angustia, la abyecta rabia, la desesperación De no yacer en mí mismo desnudo Con ánimo de gritar, sin que sangre el seco corazón En un último, austero alarido! Hablo -las palabras que digo son nada más un sonido: Sufro -Soy yo. Ah, extraer de la música el secreto, el tono De su alarido!











Ah, la furia -aflicción que grita en vano Pues los gritos se tensan Y alcanzan el silencio traído por el aire En la noche, nada más allí! fernando pesoa Enero 15 de 1920 Versión de Rafael Díaz Borbón
















Amor es lo esencial... Amor es lo esencial. Sexo, mero accidente. Puede ser igual O diferente. El hombre no es un animal: Es carne inteligente, Aunque algunas veces enferma. fernando pesoa Versión de Rafael Díaz Borbón

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