sábado, 30 de junio de 2012

hojas apaisadas

Pasa y olvida - Rubén Darío
 Peregrino que vas buscando en vano un camino mejor que tu camino,
¿cómo quieres que yo te dé la mano, si mi signo es tu signo,
Peregrino?
No llegarás jamás a tu destino; llevas la muerte en ti como el gusano que te roe lo que tienes de humano...
 ¡lo que tienes de humano y de divino!

Sigue tranquilamente, ¡oh, caminante! Todavía te queda muy distante ese país incógnito que sueñas... Y soñar es un mal. Pasa y olvida, pues si te empeñas en soñar, te empeñas en aventar la llama de tu vida.

viernes, 29 de junio de 2012

hojas sueltas

Donde nunca llegaremos - César Vallejo
 Donde, aún sin nuestro pie llegase a dar por un instante será, en verdad, como no estarse.
 Es ese un sitio que se ve a cada rato en esta vida, andando, andando de uno en fila.
 Más acá de mí mismo y de mi par de yemas, lo he entrevisto siempre lejos de los destinos.
 Ya podéis iros a pie o a puro sentimiento en pelo, que a él no arriban ni los sellos.
 El horizonte color té se muere por colonizarle para su gran Cualquieraparte.
 Mas el lugar que yo me sé, en este mundo, nada menos, hombreado va con los reversos. -
Cerrad aquella puerta que está entreabierta en las entrañas de ese espejo.
 -¿Esta? - No; su hermana. -
No se puede cerrar.
No se puede llegar nunca a aquel sitio -do van en rama los pestillos.
 Tal es el lugar que yo me sé.

martes, 26 de junio de 2012

hojas negras

Elogio de la sombra Jorge Luis Borges
 La vejez (tal es el nombre que los otros le dan) puede ser el tiempo de nuestra dicha.
El animal ha muerto o casi ha muerto.
Quedan el hombre y su alma.
Vivo entre formas luminosas y vagas que no son aún la tiniebla.
Buenos Aires, que antes se desgarraba en arrabales hacia la llanura incesante, ha vuelto a ser la Recoleta, el Retiro, las borrosas calles del Once y las precarias casas viejas que aún llamamos el Sur.
Siempre en mi vida fueron demasiadas las cosas;
Demócrito de Abdera se arrancó los ojos para pensar; el tiempo ha sido mi Demócrito.
Esta penumbra es lenta y no duele; fluye por un manso declive y se parece a la eternidad.
Mis amigos no tienen cara, las mujeres son lo que fueron hace ya tantos años, las esquinas pueden ser otras, no hay letras en las páginas de los libros.
Todo esto debería atemorizarme, pero es una dulzura, un regreso.
De las generaciones de los textos que hay en la tierra sólo habré leído unos pocos,
 los que sigo leyendo en la memoria, leyendo y transformando.
 Del Sur, del Este, del Oeste, del Norte, convergen los caminos que me han traído a mi secreto centro.
Esos caminos fueron ecos y pasos, mujeres, hombres, agonías, resurrecciones, días y noches,
entresueños y sueños, cada ínfimo instante del ayer y de los ayeres del mundo,
 la firme espada del danés y la luna del persa, los actos de los muertos, el compartido amor, las palabras,
Emerson y la nieve y tantas cosas. Ahora puedo olvidarlas. Llego a mi centro, a mi álgebra y mi clave, a mi espejo.
Pronto sabré quién soy.

lunes, 25 de junio de 2012

hojas pegajosas

¿Que cómo fue, señora...? Como son las cosas cuando son del alma. Ella era linda y él era muy hombre, y yo la quería y ella me adoraba; pero él, hecho sombra, se me interponía y todas las noches junto a la ventana fragantes manojos de rosas había y rojos claveles y dalias de nácar. Y cuando las sombras cubrían las cosas y en el ancho cielo la luna brillaba, de entre las palmeras brotaba su canto y como una flecha a su casa llegaba. ¡Cómo la quería! Cómo le cantaba sus ansias de amores y cómo vibraba con él su guitarra. Y yo tras las palmas con rabia le oía y entre canto y canto colgaba una lágrima. Lágrima de hombre, no crea otra cosa, que los hombres lloran como las mujeres porque tienen débil, como ellas, el alma. No puedo evitarlo, la envidia es muy negra y la pena de amor es muy mala, y cuando la sangre se enrabia en las venas no hay quien pueda, señora, calmarla... Y una noche, lo que hacen los celos, lo esperé allá abajo, junto a la cañada; retumbaba el trueno, llovía, y el río igual que mis venas hinchado bajaba. Al fin a lo lejos lo vi entre las sombras, venía cantando su loca esperanza, en el cinto colgaba el machete, bajo el brazo la alegre guitarra. Llegó hasta mi lado, tranquilo, sereno, me clavó con los ojos su fría mirada; me dijo: -¡Me espera?... Le dije: -¡Te espero! y no hablamos más, ni media palabra. Que era bravo el hombre, cual los hombres machos, y los hombres machos pelean, no hablan. ¡Cómo la quería...! El machete dijo su amor y sus ansias, roncaba su pecho, brillaban sus ojos, y entre golpe y golpe ponía su alma. No fue lucha de hombres, fue lucha de toros, eso bien lo sabe la vieja cañada, pero más que el amor y el ensueño pudieron la envidia y la rabia, y al fin mi machete lo dejó tendido sobre su guitarra... No tema, señora, con cosas pasadas... Todavía en el suelo me dijo llorando: -¡Quiérela... que es buena...! Quiérela... como yo la he querido ¡Quiérela... que es santa... que aunque muero... la llevo metida en el alma! Y tuve celos, señora, del que así me hablaba y tuve celos de aquel que moría y aun muriendo la amaba... Y la sangre cegó mis pupilas y el machete en la mano temblome con rabia y lo hundí en su pecho con odio y con furia y rasgué su carne buscándole el alma... Porque en el alma se llevaba mi hembra... y yo no quería que se la llevara. anónimo

sábado, 23 de junio de 2012

hojas grosas

Fernando Pessoa




 Tómame, oh noche eterna,
en tus brazos y llámame hijo.

 Yo soy un rey que voluntariamente abandoné mi trono de ensueños y cansancios.

 Mi espada, pesada en brazos flojos, a manos viriles y calmas entregué;

y mi cetro y corona yo los dejé en la antecámara, hechos pedazos.

 Mi cota de malla, tan inútil, mis espuelas, de un tintineo tan fútil, las dejé por la fría escalinata.

 Desvestí la realeza, cuerpo y alma, y regresé a la noche antigua y serena como el paisaje al morir el día.

viernes, 22 de junio de 2012

hojas verdes

Quitar codicia, no añadir dinero,
 hace ricos los hombres, Casimiro;
 puedes arder en púrpura de Tiro,
 y no alcanzar descanso verdadero.
 Señor te llamas; yo te considero,
 cuando el hombre interior, que vives,
miro, esclavo de las ansias y el suspiro,
 y de tus propias culpas prisionero.
 Al asiento del alma suba el oro;
 no al sepulcro del oro l’alma baje,
 ni la compita a Dios su precio el lodo:
 descifra las mentiras del tesoro,
 pues falta (y es del cielo este lenguaje)
 al pobre mucho, y al avaro todo.



 Quevedo

jueves, 21 de junio de 2012

hojas repetidas

relojes que atrasan Peregrino que vas buscando en vano un camino mejor que tu camino, ¿cómo quieres que yo te dé la mano, si mi signo es tu signo, Peregrino? No llegarás jamás a tu destino; llevas la muerte en ti como el gusano que te roe lo que tienes de humano... ¡lo que tienes de humano y de divino! Sigue tranquilamente, ¡oh, caminante! Todavía te queda muy distante ese país incógnito que sueñas... Y soñar es un mal. Pasa y olvida, pues si te empeñas en soñar, te empeñas en aventar la llama de tu vida. Rubén Darío

miércoles, 20 de junio de 2012

hojas sueltas

Cabe la vida entera en un soneto
empezado con lánguido descuido,
y apenas iniciado ha transcurrido la infancia,
imagen del primer cuarteto.

 Llega la juventud con el secreto de la vida,
que pasa inadvertido,
y que se va también,
que ya se ha ido, antes
de entrar en el primer terceto.

 Maduros, a mirar a ayer tornamos añorantes,
y, ansiosos, a mañana,
y así el primer terceto malgastamos.

 Y cuando en el terceto último entramos es para ver
con experiencia vana que se acaba el soneto...
Y que nos vamos.



Manuel Machado

martes, 19 de junio de 2012

hojas inútiles

Así como del fondo de la música
brota una nota que mientras vibra
crece y se adelgaza
hasta que en otra música enmudece,
brota del fondo del silencio otro silencio,
aguda torre, espada,
y sube y crece y nos suspende
y mientras sube caen recuerdos,
esperanzas,
las pequeñas mentiras y las grandes,
y queremos gritar y en la garganta
se desvanece el grito:
desembocamos al silencio
en donde los silencios enmudecen.


 Octavio Paz

lunes, 18 de junio de 2012

hojas iguales

De hierro, no de oro, fue la aurora.
La forjaron un puerto y un desierto,
unos cuantos señores y el abierto
ámbito elemental de ayer y ahora.
 Vino después la guerra con el godo.
Siempre el valor y siempre la victoria.
El Brasil y el tirano.
Aquella historia desenfrenada.
El todo por el todo.
 Cifras rojas de los aniversarios,
pompas del mármol,
arduos monumentos,
pompas de la palabra, parlamentos,
 centenarios y sesquicentenarios, son la ceniza apenas,
la soflama de los vestigios de esa antigua llama.

Borges

domingo, 17 de junio de 2012

bojas ajadas

En Pascua resucitan las cigarras
-enterradas 1 7 años en estado de larva-
 millones y millones de cigarras
que cantan y cantan todo el día y en la noche todavía están cantando.

Sólo los machos cantan: las hembras son mudas. Pero no cantan para las hembras:
porque también son sordas.

Todo el bosque resuena con el canto y sólo ellas en todo el bosque no los oyen.

¿Para quién cantan los machos?
¿Y por qué cantan tanto?
¿Y qué cantan?


Cantan como trapenses en el coro
delante de sus Salterios y sus Antifonarios
cantando el Invitatorio de la Resurrección.

Al fin de mes el canto se hace triste, y uno a uno van callando los cantores,
y después sólo se oyen unos cuantos, y después ni uno.
Cantaron la resurrección. Ernesto Cardenal

sábado, 16 de junio de 2012

hojas viejas

Charles Baudelaire
 Es la Muerte que consuela, ¡ah! y que hace vivir;
Es el objeto de la vida,

y es la sola esperanza

Que, como un elixir, nos sostiene y nos embriaga, y nos da ánimos para avanzar hasta el final;
 A través de la borrasca, y la nieve y la escarcha,
Es la claridad vibrante en nuestro horizonte negro, Es el albergue famoso inscripto sobre el libro,
Donde se podrá comer, y dormir, y sentarse;

 Es un Ángel que sostiene entre sus dedos magnéticos
 El sueño y el don de los ensueños extáticos,
Y que rehace el lecho de las gentes pobres y desnudas;
 Es la gloria de los Dioses, es el granero místico,
Es la bolsa del pobre y su patria vieja,
¡Es el pórtico abierto sobre los Cielos desconocidos!


viernes, 15 de junio de 2012

hojas raras

Si nada intentáis decir, ¿por qué mi mano apretáis? Del hermoso porvenir, de la dicha en que soñáis, si nada intentáis decir, ¿por qué mi mano apretáis? Si queréis que aquí no esté, ¿por qué pasáis por aquí? Sois mi afán y sois mi fe; tiemblo al veros ¡ay de mí! Si queréis que aquí no esté, ¿por qué pasáis por aquí?



Víctor Hugo

jueves, 14 de junio de 2012

hojas secas

OCUPAS
 En el silencio transparente el día reposaba: la transparencia del espacio era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras, bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta se consumaba el mediodía.
 Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo, se movieron las hojas, las yerbas despertaron...
Y sentí que la muerte era una flecha que no se sabe quién dispara y en un abrir los ojos nos morimos.

martes, 12 de junio de 2012

hojas rojas

recuerdos del presente


 En La Llama
 Plumaje azul o la sublime llama
del pájaro temblor del firmamento,
 agudo en el martirio donde clama
su descenso final el pensamiento.

 Atmósfera león que me amalgama
a extáticas tristezas de un momento,
destrucción sostenida que en su gama
ha insertado mi voz al Gran lamento.

 Perpetua exaltación de las llanuras
que la luz acaricia derribando.
Con rumor de monstruosa incontinencia
 la boca primordial está cantando caídas,
alas brancas, piedras puras:
El fuego en su furiosa permanencia.


 eduardo galeano

viernes, 8 de junio de 2012

hojas repetidas

Pirata de mar y cielo, si no fui ya, lo seré. Si no robé la aurora de los mares, si no la robé, ya la robaré. Pirata de cielo y mar, sobre un cazatorpederos, con seis fuertes marineros, alternos, de tres en tres. Si no robé la aurora de los cielos, si no la robé, ya la robaré. rafael alberti

miércoles, 6 de junio de 2012

hojas oscuras

eclipses de la sociedad











No me dan pena los burgueses vencidos.
Y cuando pienso que van a dar me pena, aprieto bien los dientes, y cierro bien los ojos.
 Pienso en mis largos días sin zapatos ni rosas,
pienso en mis largos días sin sombrero ni nubes,
pienso en mis largos días sin camisa ni sueños,
 pienso en mis largos días con mi piel prohibida,
pienso en mis largos días Y

 No pase, por favor, esto es un club.
La nómina está llena.
No hay pieza en el hotel.
El señor ha salido.
 Se busca una muchacha.
Fraude en las elecciones.
Gran baile para ciegos.
 Cayó el premio mayor en Santa Clara.
Tómbola para huérfanos.
 El caballero está en París.
La señora marquesa no recibe.

En fin Y

 Que todo lo recuerdo y como todo lo recuerdo,
¿qué carajo me pide usted que haga?
Además, pregúnteles, estoy seguro de que también recuerdan ellos.


nicolás guillén

domingo, 3 de junio de 2012

quejas de ociosos y llenos

 quejas de vacíos

 quejas de los que tienen la panza no llena sino vacía

quejas de los que tienen la cuenta llena y no vacía





intolerancias de maleducados que protestan por lo controles en el mercado cambiario, fanáticos igual que los fanáticos periodistas de la televisión oficialista

¿periodistas ,militantes?

¿militantes periodistas?

sábado, 2 de junio de 2012

hojas de adivinanzas

¿una compatriota defendiendo la moneda norteamericana?

¿una norteamericana camuflada con la bandera nacional protestando por la privación de la libertad para especular?

¿una compatriota que preferiría vivir en estados unidos?

¿una yanqui que protesta de qué a pocas cuadras del obelisco?

¿con el mismo derecho de esta dama puede un ama de casa de clase media protestar por el aumento permanente de los precios de los bienes de la canasta?

¿una dama que quiere comprar dólares para viajar importar o por joder?

¿una norteamericana embromándonos la vida?

¿una murguera común, compatriota o no, que aprovechó la ocasión pa`tirarse unos pasos tipo gauchiturros?

viernes, 1 de junio de 2012

hojas raras

paqueterías de los pacatos muy producidos

protestando con un elemento popular como la olla por un instancia cero popular que es poder comprar dólares o ejercer los derechos avanzando sobre los derechos de los otros,

paquetería muy paquetas de los pacatos y pacatas

oíd mortales el grito sagrado
libertad lbertad libertad
de cuarenta millones de libertades que rozan el capricho y la saña contra el otro

ved en trono a la noble igualdad
de campo versus la ciudad
del que tiene todo y del que no tiene nada
del cínico y del solidario
del que cree que la libertad es matarse por un dólar
del que cree que la libertad es vivir embromado
del pelotudo versus el que no es pelotudo
del hijo de versus el meritorio