sábado, 16 de marzo de 2013

En primera persona.


Las sandalias del pescador.
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches, pelotudos con máquinas de hacer pelotudos igual que lo presagió el genial del tato bores y no es que fuera un visionario, él nos conoció muy bien, boludos con máquinas de hacer boludos eso es los que fuimos somos y vaya a saber hasta cuando seremos, es propio de lo que hacemos siempre, mezclar aunque sean el aceite y el agua, por eso es bueno que quien tiene la posibilidad y puede evitarlo salga a desmitificar en todo caso todos los casos de mistificaciones que hacemos a diario, de pelotudeces que son más grandes que una casa, que haya alguien que salga para apagar los incendios que armamos por ahí en nombre de lo que somos y declaramos con una sonrisa de cancheros con el perdón de usar un término viejo pero que es oportuno, sustituyendo con estas actitudes las actitudes que deberían ser si hubiéramos escuchado o estuviéramos escuchando sus primeros pedidos para que no viajemos allá y donemos el dinero del viaje si lo tuvimos para que los pobres coman, a esta no la entendemos como no entendemos varias cosas desde que nacimos si nacimos o se puede considerar un nacimiento a esas fantochadas que hicimos por allá lejos en mil ochocientos diez donde los poderosos ya se rasgaban las vestiduras como para que los giles pagaran las contribuciones al tesorero y poder afanar tranquilos, fondos públicos para hacerlos tesoros privados como los que se hicieron comprando y vendiendo terrenos de los terrenos afanados a los indios con decretos. El Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel dijo hoy que su compatriota, el flamante papa Francisco, hasta ayer el cardenal argentino Jorge Bergoglio, "no tenía vínculo con la dictadura" argentina, como mencionan algunos críticos del nuevo Pontífice.  "Hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no", declaró Pérez Esquivel en una entrevista a la cadena BBC Mundo. "A Bergoglio se lo cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas", agregó. "Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía", añadió el Premio Nobel de la Paz 1980. La cadena británica cita que los cuestionamientos a Bergoglio tomaron mayor envergadura cuando “el diario Página 12 publicó en 2010 un informe en el que se lo acusaba de haber colaborado con las autoridades de la época". Y agrega que "el periodista Horacio Verbitsky recogió testimonios de personas que aseguraron que, mientras era superior de la congregación jesuita en Argentina, Bergoglio había retirado su protección a dos sacerdotes de su orden que realizaban tarea sociales en barrios marginales". Los dos religiosos -Orlando Yorio y Francisco Jalics- fueron detenidos en mayo de 1976 y permanecieron en cautiverio durante cinco meses en la Escuela Mecánica de la Armada (ESMA) hasta que fueron liberados. En su libro autobiográfico "El Jesuita", publicado en 2010, Bergoglio rechazó las acusaciones afirmando: "Hice lo que pude con la edad que tenía y las pocas relaciones con las que contaba, para abogar por personas secuestradas".

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