sábado, 22 de octubre de 2011

papeles amarillos amarillentos y sueltos



dioses con sobre dioses y semidioses, que están en construcciones propias y ajenas, que nos ordenan y nos articulan, dioses que inventamos que necesitamos inventar cada vez que nos toca explicar las cuestiones de la vida que no manejamos en las que directamente no intervenimos aunque se trate de una simple tormenta de un simple descubrimiento tecnológico un dispositivo infinitamente pequeño comparado con su capacidad de almacenamiento de imágenes sonidos, dioses sobre dioses sub dioses nosotros mismos, cada vez que llegamos a una meta relativa, elevándonos más en la entidad de la especie cada vez que logramos avanzar sobre lo que queremos sobre lo que sabemos que nunca alcanzaremos allá estamos, queriendo ser dioses de las matemáticas del cálculo infinitesimal, de los determinantes, o comprender a la diosa enjaulada a esa mujer encerrada en sí misma ensimismada atrapada entre ella y la vida que se forma adentro para ser de nuevo ir de ciclo en ciclo, o en la fatuidad de la existencia el dios de la música, dioses semidioses super dioses.














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