-¿Rival? -balbuceó Iris.
-¡Rival! ¡Demonios! -masculló Scott.
-Tus ojos, hijo mío -susurró el padre Anthony-, son penetrantes.
-La esperanza surge en el corazón de los hombres como un manantial de júbilo... y de odio mortal -concluyó Ellery, suavemente-. Hija mía, Sam Dodd la amaba...Ellery Queen
No hay comentarios:
Publicar un comentario