martes, 13 de noviembre de 2012

En primera persona

Relaciones. En la vidriera irrespetuosa de los cambalaches nos vamos en recomendaciones de cómo o qué deben hacer los otros sobre cosas que no hacemos óptimamente por cuenta propia, somos recomendadores antes que ejercitadores opinando sobre los qué o cómo de lo que deben hacer los otros no sobre los qué o cómo de lo que debemos hacer nosotros, más decimos deben y pueden menos decimos debo y puedo. Vivimos denostando las decisiones de los que están en las administraciones públicas y como si esas decisiones fueran siempre incorrectas, y vivimos en condiciones que no son de las mejores, nunca denostamos las decisiones de los que están en las administraciones privadas como si esas decisiones fueran siempre correctas, o sea es como que se equivocan solamente los tipos que gobiernan y como que no se equivocan los otros tipos que toman decisiones en los ciclos de negocios en los mercados. El costo de oportunidad de sustituir las estrategias de comunicación que marcan más los desbarajustes que arman los que toman las decisiones en los niveles públicos que los desbarajustes que arman los que toman las decisiones en los niveles privados por otras estrategias de comunicación que marcan menos los desbarajustes que arman los que toman las decisiones en los niveles públicos que los desbarajustes que arman los que toman las decisiones en los niveles privados, es seguramente mucho menor al costo actual de insistir con las estrategias de comunicación convencional.

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