Títulos y patologías. Confusión
de confusiones.
No sería nada que los muchachos
de afuera lo dijeran si total les interesa un carajo de nosotros a esos de la
OEA mientras tengamos al día nuestros estipendios para pagar inútiles
burócratas, en realidad lo que está mal. La patología en este caso es que los
muchachos de adentro le demos entidad a este conjunto de pelotudeces que llevan
a pensar que son tan pero tan chantas que se podrían haber ocupado de nosotros
allá cuando los necesitamos en las crisis de los noventa en las crisis de los
primeros años de los dos mil, que ahora opinen no es nada primero porque por
acá no estamos ni cerca de los mal que lo que están los que ellos decían eran
las economías estándar y segundo porque están convertidos en instituciones
“cáscaras” vaciadas de contenidos, quiénes son los de la OEA para opinar sobre
una economías soberana y autónoma, pero claro no tiene la culpa el chancho si
no el que le da de comer, en este caso algunos de los muchachos de adentro que
bien podrían irse a vivir adónde corresponda con los muchachos de afuera.
“Dura crítica de la OEA por la falta de controles contra la
corrupción”. (La Nación 12 de mayo de 2013)
Confusio potens potentis
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