Taras y tarados.

El dato que esos que están por allá lejos de acá de donde estamos nosotros no nos lean es un dato irrelevante considerando que tampoco nosotros los leemos aunque parezca que los leemos como parece que no nos leen, esos tarados de afuera que son iguales o peores que nosotros los tarados de adentro que ni siquiera nos leemos entre nosotros mismos ni los tarados venerables y solemnes a los de menor rango ni los lacayos de menor rango a los tarados notables y honoríficos que andan escribiendo como el Cervantes, porque nosotros estamos por acá concentrados en algunos casos toda la vida queriendo ser como ellos los de por allá, queriendo ser lo que no llegamos a ser aunque queramos mucho serlo, como ellos no se quieren parecer a nosotros aunque nosotros queramos mucho esto que ellos quieran porque como dicen algunos tenemos relaciones carnales con ellos aunque de este tipo de relaciones le hayamos echado la culpa solamente a uno de nosotros, así que la tara hablar español y de escribirles en inglés trabajos para seminarios que se desarrollan en la aldea es tan patológica que casi y casi se manifiesta en síntomas sensoriales como temblores y emociones que nos llevan al paroxismo y a las lágrimas, así que no nos lean como nunca nos leerán habla mal de nosotros antes que de ellos porque al final ellos tienen armadas campañas enteras en las que para participar hay que leerlos a la fuerza y comprarles los libros y todos los soportes que hacen ahora que con la internet son muchos, en cambio ellos no solamente no nos leen, sino que directamente nos ignoran con las excepciones que de vez en cuando hacen cuando se aprenden los nombres de alguno o algunos de nosotros para que parezca que nos tienen en cuenta pero la verdad es que nunca en ningún caso pasa eso, salvo en los excepcionales casos de las preservaciones de los patrimonios de la humanidad y los recursos no renovables y de todo eso que ellos ni siquiera se tomaron el trabajo de firmar los protocolos, en los que al revés no solamente nos leen sino que además vienen a chuparnos las medias haciéndose los buenitos.