En plena campaña es imposible
leer o escuchar o seguir por TV las noticias porque todas son malas noticias
porque hay como un empeño de confirmar ese aforismo popular por el cual sabemos
que hay que repetir y repetir algo para que algo quede, de repetir el axioma
genérico que todo anda mal sin excepciones para que los receptores no olviden
por un momento sus condiciones de pobres y laburantes de siempre, collages
enteros de malas noticias estereotipadas que los tarados seleccionan para que
los tarados que estamos en el frente creamos de alguna forma que hay otros
tarados cono capacidades para gobernar a los terceros tarados sin que estos no
funcionen demasiado ruidosamente en función también de que los tarados comunes
lo aceptamos porque en realidad seguramente tenemos más de unos pocos tornillos
sueltos como para no reparar en las capacidades diferentes de esos que más
mienten porque se juegan intereses económicos que son los únicos intereses que
quieren jugar, y entonces muestran o informan que el que pierde gana, y que el
que va rezagado en realidad va primero como si las docenas de tarados imberbes
como dijo el viejo alguna vez tuviéramos neuronas en inversa y no camináramos
por la calle y verificáramos día a día que esos tarados que ven los que no es y
quieren inducirnos a ver los que no vemos son unos irresponsables que deberían
están en cana ante de andar caminando alegremente con los activos públicos que
transformaron con sus escribanos privados en activos privados.
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