Los tarados de afuera que les
enseñan a los tarados de adentro demostraron una vez más con un ejemplo – uno
entre muchos también – que los prejuicios del imperialismo y el colonialismo
complementario están intactos y vigentes y presentes no solamente en las mentes
enfermas de los tarados de afuera sino también y lo que es peor en las mentes
enfermas de los tarados de adentro, por lo menos de la aldea que nos
corresponde donde gracias al deplorable nivel de lo que llaman prensa por acá
que no es más que un rejunte de inoperantes reportadores, no se filtraron
mayores detalles mezclados con las rutinas de prensa amarilla del cuarto mundo
que se padecen, los tarados de afuera tienen que estar contentos que los
tarados de adentro seguimos aprendiendo al pié de la letra sus enseñanzas
absorbiendo sus peores reacciones como esta tara que es, precisamente, que los
que presuntamente están en los palos superiores del gallinero global no
solamente no se equivocan nunca sino que pueden cagar a los que están en los
peldaños inferiores, y que estos condenados a vivir en los niveles inferiores
tienen que resignarse a estar cagados siempre y a no tener la razón nunca, es
decir a equivocarse permanentemente.
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