sábado, 15 de noviembre de 2014

Enseñando economía a los que no saben nada de economía.




Antes el costo marginal (o por uno) de organizar una milonga era muy alto, por eso pasaban meses en la ordenación para terminar en ocho horas de baile efectivo, porque empezaban a las nueve en punto y se cortaba a las cuatro de la mañana también en punto, antes el costo marginal de organizar una milonga era muy alto, porque había que buscar a las orquestas que como mínimo eran una típica y una de jazz, ver lo del cotillón lo del bufete, a los que había que sumar todos los revuelos que la milonga arma en las casas particulares de los que al menos andaban entusiasmados con eso, que tenían costos de confecciones de vistosos vestidos para los chicos y los más grandes de camisas y pantalones que se estrenaban en la misma fiesta, de los que se tiraban el ropero encima, a los que había que sumar las inversiones excepcionales que se hacían ese mismo día en las peluquerías por floripondios peinados y corte americanos de ellos, hoy ese costo marginal es mínimo o cero, y las milongas ya no se llaman milongas, hoy los rejuntes para un pogo, se arman inmediatamente por los que tienen ganas de mover el esqueleto, con alguna computadora y un pent de dos giga, el cotillos y el bufete se volvieron lo de menos, y la gente no se hace ningún problema por la facha, que cuanto más de zaparrastroso es, mejor.

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