En las aldeas nuestras son muy
comunes los pobres que compran como ricos y venden con la actitud de los que
son es decir pobre, y ricos que compran como pobres y venden como los ricos que
son, entonces en los mercados se producen unos quilombos que son irresolvibles
por la teoría o la política de cualquier administrador comedido, no es que un
pobre no pueda tener aspiraciones de ascensos materiales y sociales en la extensión
de su vida, ni que hay ricos que no la pifian y entonces nunca caen en
bancarrotas, se trata primero de ajustar expectativas para no “cargar por
encima de donde a uno le da el cuero” y de conductas en los mercados, lo que no
es tarea sencilla, no se enseña en los colegios o facultades ni siquiera forma
parte de la idiosincrasia nacional donde más prima el cajetilla que el ubicado,
se trata de esos que entran a los supermercados de los pobres los vacían como
desaforados o hacen compras mínimas que pagan con tres o cuatro tarjetas de
crédito o débito que sugieren ser de márgenes o saldos reducidos, y que si justo
se cayó el sistema terminan puteando a la empleada infeliz que tuvo la mala
suerte de atender al “resucitado” le dicen por esta aldea pobres con veleidades
de ricos en supermercados de pobres donde te empujan y te tocan el culo todo el
tiempo, se trata de esos no pudientes que andan por las ferias americanas como “snob”
pero que son pobretones venidos a menos que como cualquiera andan peleándole al
centavo, no se trata de que sean ordenados que cada uno sepa exactamente dónde compra
o dónde vende, lo que sí se trata es de ser más racionales, como el rico en supermercado
de pobre que no tiene que putear contra el mundo o el pobre en feria de ricos
que sustituye gastos de su consumo ordinario por otros gastos.
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