viernes, 21 de noviembre de 2014

Enseñando economía a los que no saben nada de economía.



Las conquistas laborales que se hicieron a lo largo de la historia, contribuyeron sobremanera para objetivizar las relaciones de trabajo que por naturaleza son relaciones subjetivas, que encasillan estandarizando posiciones particulares discrecionalmente determinadas por criterios particulares que por lo general obedecen a diseños caprichosos por cualquiera sea el lado por el que se los defina, aunque las conquistas por lo menos en la aldea local vengan lentas porque en realidad los secretarios generales que presuntamente defienden a los trabajadores, trabajan, valga la redundancia, mancomunadamente con los empleadores entonces siempre hay más subjetividades de la que debería haber, hasta que la tensión social los pone en vereda y los induce a recordar el origen de su función. La conquistas laborales que se hicieron a lo largo de la historia permiten una estandarización de remuneraciones que aísla la conocida posición del trabajador que supone por su cuenta que es el mejor y que por eso merece un plus, la estandarización de las funciones por medio de condiciones homogéneas, reparte más equitativamente esfuerzos y compensaciones, aunque no sea la perfección. Las conquistas laborales neutralizan la discrecionalidad.

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