En la aldea las empresas y antes
que ellas los empresarios están protegidos por le ley de sociedades que es la
suma de una serie de trampas para que en definitiva nadie conozca bien lo que
hacen los gestores cuando toman sus decisiones, invocando estas preservaciones
se constituyen en posiciones dominantes que a veces pasan las de las propias
autoridades, porque invocando estas prerrogativas distorsionan la información que
por eso se convierte en asimétrica, es decir en información que llega en forma
distorsionada a los agentes adonde debe llegar o fluye incorrectamente, lo
cierto es que ejercen estos derechos de secretismos cuando se trata de las
transformaciones de capital social en capital privado, que abandonan cuando se
trata de transferir quebrantos privados a quebrantos sociales, así que entre
todos los agentes que se mueven en los circuitos tienen este privilegio que ni
siquiera tiene el estado que además por leyes que se modernizan debe imponer
sus informaciones públicas. las empresas y antes los empresarios esconden sus
balances y sus flujos de fondos cuando hay bonanzas y exponen sus balances y
flujos de fondos en épocas de malarias.
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