martes, 2 de diciembre de 2014

Enseñando economía a los que no saben nada de economía.



Si estos que cuando llegan las fiestas se hacen los buenos con promociones, regalos y premios, tocando las sensibilidades de miles de millones de consumidores, si estos que venden productos de consumo masivo los de primera necesidad, como los de la gaseosa más conocida que pretende enternecer con mensajes de concordia y paz y campanitas de bondad, o esos que venden lácteos a valores varias veces multiplicados los valores de tranquera, si estos dejaran atrás tanta sensiblería barata y además mostraran algún interés por la dignidad de la gente que les consume los productos, tendrían otras actitudes de márquetin y gestión de mercados, porque tienen que saber muy bien que por más pobre que sea un consumidor, recibir lo que recibe con la aclaración que quien da es el más bueno del mundo cuando es de lo peorcito, realmente toca no solo la dignidad sino también algunas otras sensibilidades más delicadas tal vez, si solamente se dejaran de cinismos estos y vendieran a precios normales sin decidir aumentos discrecionales de precios que los hacen como otros en un sistema defectuosos, es decir porque se les da la gana y no porque les aumente ningún costo de producción, con eso, estarían haciendo mucho más de los que cuentan en millonarias campañas publicitarias que aumentan los patrimonios de otros delirantes como ellos mismos.



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