Aunque se disimule muy bien todo
el asunto de las mezquindades y lo del interés personal, caracteriza la
naturaleza humana y le imprime en los contextos actuales dramatismos extremos
como la marginación y el hambre simultáneamente a la acumulación exagerada de
unos pocos y a la indiferencia consensuada de unos muchos -. Autoridades,
organismos, etc. – que podrían hacer algo por el famoso tema de la desigualdad
y la acumulación, aunque se disimule muy bien en los niveles personales la
predisposición a desconocer los límites de una racionalidad que nunca existió,
el asunto de la codicia de la voracidad determina la formación de expectativas
y de comportamientos de mercado que distorsionan los sistemas de precio y de
producción y de intercambio de bienes servicios recursos desde posiciones
particulares que aprovechando importantes brechas institucionales no
interrumpen las destrucción de patrimonio social para proceder a la
construcción fraudulenta de patrimonio privado que, circularmente, retroalimenta
estas concepciones del mérito personal por encima del mérito comunitario.
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