viernes, 5 de diciembre de 2014

Enseñando economía a los que no saben nada de economía.


Digamos que gracias deberán dar ellos mismos que un presidente tiene hasta la obligación de guardar la compostura porque a estos traicioneros y desprolijos que engordan con las hambrunas o las desgracias de la gente, deberían expatriarlos sin contemplaciones por las inequidades o iniquidades que hacen, como la última que se conoció para un grupo de compatriotas que no merecen ni llamarse de esa manera, que constituyen ahorros en moneda extranjera en las filiales locales y después aparecen así con el transcurrir de los años con esos patrimonios hasta protegidos por el ridículo y nocivo secreto bancario, digamos que deberían agradecer porque que no los corran con semejantes actitudes fraudulentas ya es mucho pero muy poco para reconstituir los costos sociales de los destrozos que causan al sistema con esos recursos que ellos, alegremente, como lo hacen, sacan del sistema.


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