O estamos mal o no estamos, o
estamos bien o no estamos, ¿estamos más o menos? O sea ¿cuál es la novedad si
estamos como siempre?, comenzó y explotó el verano y una vez más en los últimos
diez años sin las explosiones sociales advertidas en las premoniciones
apocalípticas de los medulosos (¿?) analistas que tenemos que le pifian peor de
lo que le pifian los que arman los pronósticos meteorológicos, partes de lo que
justamente hoy sirvió para gastos potenciados de tinta y de broncas de uno de
los titulares destacados de los diarios emblemáticos que al estilo de las
profecías aseguran para los que se quedan por las ciudades de las furias que
continuarán los calores intensos (vaya la novedad a sólo cuatro días del
comienzo formal del verano) y los cortes de energía que es de suponer seguirán
relacionando con la indolencia del gobierno en ejercicio, claro que advirtiendo
que es un privilegio para los cientos de boludos que obligadamente por razones
de trabajo y de puchero no pudieron desbordar con otros que desbordaron la
mayoría de los centros turísticos del país en medio de la presunta malaria que
azota a la economía nacional con más de 12 mil millones de dólares de reservas
disminuidas, qué estarán pergeñando desde sus carpas en mardel para confirmar
los contrastes de todas estas novedades para los giles de medio pelo que les
creen lo que escriben en las portadas de sus portales informativos, para
explicar que al final qué, o qué, estamos o no estamos al principio o al final
de una crisis económica, ¿o las crisis sociales económicas se toman vacaciones
como muchos de estos siervos de los señores que los mandan para que informen?,
y volverán a los titulares en febrero o marzo para cuando el grueso del medio
pelo de la aldea haya retornado y con mal carácter comiencen a pagar las
financiaciones que los usureros les hicieron con sus tarjetas premium.
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