Son asombrosos los institutos y
las academias de viejos anquilosados en sus costumbres enrevesadas
manipuladores de la historia en la aldea, donde se oculta lo que tiene que ser
expuesta donde se expone lo que sería más conveniente que quede oculto, entronizan
a los que quieren denotan a los que quieren, ¿tendrán instrucciones o serán
nabos originales? entonces hay malos a los que se los arropa como buenos –
Rivadavia – y buenos que se arropan como malos – Dorrego por ejemplo - probablemente
es culpa de ellos que después circule la información parcial parcializada
desgajada de un historia que no explica nada de los que fuimos de lo que
estamos siendo y probablemente de lo que seremos, como si la historia propia no
fuera por los resultados observados, una historia una triste de tímidos de
traicioneros de cipayos de vende patria de inescrupulosos insensibles y
maricones que nunca terminaron los duelos a los tiros, son asombrosos esos
institutos o academias nacionales que por lo que se aprecia tienen que ser obviamente
que una mala copia de sus equivalentes en las sociedades más avanzadas, para
rescatar los rasgos de un pasado que habría que conocer más a fondo, pero acá
estas instituciones con las primeras responsabilidades de quienes las componen
con las primeras responsabilidades de quienes las gestionan, funcionan para el
orto, hace poco nomás se realizaron unas jornadas en hotel Savoy donde se
concluyó, más o menos, que necesariamente, hay una historia para los ricos y
otra historia para los pobres, en estas épocas de integración informativa de
integración informática advertir sobre semejantes disparates es cosa de
comisiones seniles dormitando en las siestas de los atrasos cronológicos, en
las siestas de la ignorancia sobre nuestra idiosincrasia, ellos están
dormitando nosotros seguimos dormitando.
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