Por acá por esta aldea de
improvisados son muy comunes los ejemplares con títulos académicos, los
presuntos científicos los expertos que caminan buscando salidas laborales porque
están desocupados como muchos de los que andamos desocupados pero en serio cuando
vuelven al llano que no conocen porque por lo general proceden de las líneas de
privilegios mantenidas financieramente con el aporte de los señores gordos que
se embriagan sistemáticamente todas las siestas soñando con esa aldea de
cuarenta y pico de boludos que consumen lo que se les pone al frente y a los precios
que sean, en esas líneas de privilegios en las que algunos de estos
celebérrimos se pasan toda su existencia terrenal becados de traje en lugares
donde los aires acondicionados no se apagan nunca y dando conferencias de cosas
que nunca hicieron o harían, los más conocidos por acá son los que integran esa
murga que una y otra vez aparece colorida en los momentos de verano en
diciembre cuando hay picos de consumo de energía para explicar cómo se
solucionan, al final con una solución técnica insostenible, que hay que darle
un golpe al gobierno que no hacen lo que ellos harían que no hicieron cuando
estuvieron y que no harán porque por lo general son unos improvisados como
muchos de los que andan en esas órbitas de los prestigiosos de palabra a los
que no se le cae una idea original, pero ahí están incitando a las presas
fáciles de célebres miembros del medio pelo condenado a ser medio pelo.
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