Los ricos que acumulan riqueza
les cuentan a los infelices que padecen las escaseces que provocan esos que
acumulan, que el libre juego de la oferta y la demanda en los mercados asigna
óptimamente no solamente los recursos o los factores productivos sino también
los bienes y servicios que se producen, lo que omiten de explicar es que no hay
un libre juego de la oferta y demanda en el mercado, que la oferta la
constituyen un grupo de avivados que se hacen llamar empresarios o jueces y a
la demanda cientos de miles de infelices que sueñan superar hambre y
antinomias, omiten de contar que los mercados son entidades que aunque tienen
el aspecto del anonimato están digitados por hombres de carne y hueso que, cada
momento, deciden que los que acumulan sigan acumulando y que los que tienen
hambre lo sigan teniendo.
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