Hace mucho tiempo un señor rico
que se llamaba Adam Smith ya lo dijo “no es la benevolencia del carnicero lo
que te procura el alimento, sino la consideración de su propio interés” así que
el problema económico central es cómo suspendemos las mezquindades en los cambios
cuando es lo último que quisiéramos suspender son las mezquindades que nos
reportan beneficios que son de nuestro interés que es lo primero, los mercados
no son una entidad que anda por ahí como andamos las personas físicas o las
personas jurídicas con las señas que nos identifican para que si acertamos todo
bien, pero para que si no equivocamos alguien nos corrija, los mercados son
precisamente personas físicas o jurídicas resolviendo todo el tiempo sobre sus
derechos y responsabilidades en un lodazal de explicaciones éticas que con el
tiempo se ha deteriorado, porque las personas físicas y las personas jurídicas
tenemos los mismos defectos y virtudes como cualquiera, con la aclaración que
con las cuestiones económicas, todos queremos ganar todo el tiempo lo que no se
puede, y todos nos negamos a perder todo el tiempo lo que tampoco se puede, y
entonces sobre principios se escriben las leyes para las convivencias, comienza
el círculo vicioso de nuevo, una y otra vez entre la paz y la guerra, a las leyes
las escriben personas físicas o jurídicas con defectos y con virtudes.
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