
lo que hacen los buenos o los genios que andan entre nosotros que no precisamente son o tienen que ser los que los anunciadores y profetas de cuarta señalan, eso es lo que vale, vale su trajinar silencioso su paso templado por esta estación congestionada de gente histérica de la vida, vale lo que nos dejan no lo que pretenden que dejan los notables

por acá circulan muchos con la cola entre las patas que es el único lugar donde pueden tenerla los seres dubitativos que parcializan la realidad sus entornos y contornos, con la cola entre las patas, esos que tienen un discurso distinto de la práctica de ese discurso que entre nosotros abundan y se clonan continuamente

ese que durante mucho tiempo heredó a fioravanti en el corazón de los hinchas de fútbol anduvo senderos de prosperidad pero en el corazón de los relegados de los setenta es un gurka del mismo tamaño que videla o firmenich, y encima opina por TV, no importa es un instante a lo sumo una suma de instantes que pasan y nadie lo recordará siquiera

los corazones que dependen de una memoria estrecha son corazones de tipos que mienten y se mienten, hay otros que son víctimas de las mentiras de los mentirosos, en ese grupo revistamos el noventa y nueve por ciento de los que protestamos aunque hay quien no protesta porque sacó que no se puede remar contra la corriente

hay otros un poco más malos, después de los juicios reciben premios y dan conferencias para contar las aberraciones que generan
se juntan los tipos por todos lados no lo dicen pero se juntan intuyendo que el sistema crujió que el sistema no da para más porque los que aparecen como formales consintieron la informalidad porque eso les reporta ganancias

leve es la existencia y algunos la hacen más leve aunque pesada tirándose encima la carga de las posesiones y del dinero, seniles prematuros, caricaturas caricaturizadas en millones de novelas o cuantos que los editores no editan en su puta vida menos ahora que internet les movió el piso y lo que es peor el negocio
levedad de la condición, una condición de genios de animales de torpes de finos

aunque frecuentemente la veleta muestre que el viento está corriendo en sentido contrario uno debe confiar en el sentido propio, aunque a veces uno no lo sepa expresar ni hablando ni escribiendo líneas y líneas que a nadie le interesan

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