domingo, 20 de noviembre de 2011

páginas, hojas, hojarascas









sanwí sanwí, pícole pícole, gritaban por esos años los vendedores ambulantes, deseperados para hacerse de los pesitos para parar la olla, los otros señores paseaban mientras tanto












glamorosos señores, con glamorosas damas. clamorosos, por ahí futuros vendedores ambulantes, inventores de curros para poder sobrevivir en una jungla de otros vendedores ambulantes más elegantes no más pero igualmente desesperados por parar la olla aunque no lo anden gritando












hay personajes que se explican por su cuenta hay otros que necesitan las explicaciones de sicarios y lacayos que les sirven, en la mayoría de los casos estos son los señores del sistema, los respetables señores que pagan sus cuentas y son permanentemente exitosos
















guardianes del sistema que los vigila a ellos, nadie quiere desviarse solamente los que están un poco más abajo, los que dependen del azar y la suerte aunque parezcan cosas diferentes














del azar imponderable destino porvenir desgracias, mala suerte buena suerte o nada de suerte














buenos tipos los que callan sus miserias para seguir lucrando con la estupidez de los otros tipos, allá los que lo crean son solamente malos tipos, mediocres les diría Ingenieros, que negociaron la libertad esclavos de sus activos y patrimonios, ridículos









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