La estatura moral del que paga
una prostituta por servicios sexuales frecuentemente denostada por ser peor que
la moral o la ética que empuja a alguien a ejercer una profesión que al menos
es incómoda y poco antiséptica para quien la practica, es equivalente a la
moral del que compra activos externos que es peor a la ética del arbolito que
trabaja permanentemente para la destrucción del símbolo más visible de
soberanía nacional en nombre de oscuros individuos con oscuros intereses que no
salen a las superficies porque si salieran causarían más de un escándalo porque
seguramente entre ellos hay muchos funcionarios de “prestigiosas” instituciones
de créditos nacionales, el que compra en los mercados negros tiene una ética
más cuestionable que el que vende en esos mercados, es peor la moral del que compra prostitución que la moral del que la vende, es peor la moral del que compra dólares que la moral del que los vende.
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