sábado, 30 de noviembre de 2013

Desmitificando; los códigos.



Con códigos del año de ñaupas todavía resistimos en la aldea las modificaciones a los viejos mamotretos del derecho comercial del derecho civil y del contencioso administrativo, como si todos fuéramos expertos juristas o judiciales que de tan sabios que somos imponemos la razón y la justicia en todo el territorio, todavía resistimos en los cueros de esos impresentables que dicen que nos representan y que son empleados del mes de cientos de miles de patrones más chuiquititos a los que no se les conoce la cara y que bien que les pagan para que levanten bien como corresponde, las manos al momento de las votaciones cuando estas se proponen, cuando las reformas presentadas van a la esencia de muchos de los inconvenientes que tenemos en nuestras estructuras sociales residuales, algunos de los cuales son más graves que otros aunque en la apariencias esas gravedades se disimulen, porque algunos de los inútiles representantes o periodistas bobos que tenemos se concentran serviles de intereses ajenos en las discusiones de efectos más morales que prácticas, como el tiempo apropiado en que un ser comienza a ser tal, para evitar hablar de otros temas más prácticos y no por eso menos conectados con las éticas, que son igualmente importantes que definen también nuestras desprolijidades en los porvenires, como que no se puede hacer especulación inmobiliaria con tierras marginales muy baratas para radicar familias de alto poder adquisitivo pero con conductas de evasores dañan los presupuestos públicos, costos privados transformado en costo social. 

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