La misma lógica alterada de la
ley de Say según la cual toda oferta determina su propia demanda es la que
parecen utilizar los que se oponen porque hay que oponerse y porque así se es
funcional a los patroncitos de la estancia instalada en la aldea, como esos que
aparecieron como imponiendo al gobierno
a reconocer la inflación, ¿qué es esto?, ¿órdenes?, ¿prepotencias?,
¿mandamientos?, quiénes son estos quiénes terminan siendo que no hacen nada de
lo que deberían hacer y contrariamente hacen mucho de lo que no deberían hacer
como exacerbar expectativas económicas de los ciudadanos comunes, ¿qué es
esto?, se podría replicar la frase que te devuelven los sistemas operativos
cuando quikleaste algo que no es entendible a los algoritmos lógicos, un grupo
de impresentables para la historia de la aldea ordenando que el gobierno
reconozca la inflación, ¿cuál inflación?, ¿la que calculan los impresentables
que arman la medición que identifican como del congreso?, ¿la que calculan en
el INDEC?, estos impresentables tendrán su propia oferta armada de disconformes
que no llegaron con sus ahorros a la costa atlántica que de todas maneras
explotó como el verano o se les cierran los círculos de especulaciones con
activos externos e internos, pero que se olviden de la demanda que tendrán de
sus arranques de prepotencia, porque vistos a las distancia y con edad de baby
boom queda como siempre en la ingravidez de las pompas de jabón la pregunta de
los barullos que arman, de los resultados que esperan de sus barullos, ¿bregan
por interrupciones de los tramos constitucionales de la vida de los ciudadanos
comunes?, si es así son impresentables en serio.
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