martes, 21 de enero de 2014

Desmitificaciones; malas noticias.



La misma lógica de la esquizofrenia como la consecuencia de trastornos de identidad disociativos de la entidad, de lo que somos comparados con lo que se supone que tendríamos que ser, de individuos como animales sociales, de la frecuente ansiedad por lo que creemos que somos más allá que por lo somos en realidad, mezclada con las afectividades aplanadas que nos impiden expectativas regulares, cooperación regular para salir entre todos de inconvenientes comunes, más ambivalencias que nos llevan y traen del autismo, la misma lógica se podría aplicar para calificar la ambivalencia para el gráfico de un turismo que está explotando por todos lados contrastando con los gritos de advertencias de los gansos con sus consabidos mensajes obscenos, resumidos en grandes titulares de diarios editoriales de radio y de TV que anuncian Apocalipsis que nunca llegan, por explosión de los equilibrios sociales alterados inminentes, nunca comienzan las mañanas con buenas noticias menos las de los lunes para que la semana empiece para la mierda menos las de los viernes para no olvidar la categoría de basuras durante el fin de semana, si no son absolutamente malas son solamente un poco menos malas, no pueden ser buenas noticias, para exacerbar a la gilada amontonada en las franjas medias de la población para que salga a las calles con las ridiculeces de las cacerolas y los piquetes a a desordenar a interrumpir los estados de derecho, o el turismo explotó por los méritos que se derivaron de algunas políticas públicas que se instrumentan con otras que pueden haber sido mejores o peores, o inventaremos otras explicaciones para negar, disociar lo que no es de lo que es, para seguir siendo funcionales a los que desde el fondo de la historia nos utilizan de forros, que gastamos como ricos pero nos quejamos como pobres, que gastamos lo que no tenemos mientras no gastamos lo que en realidad tenemos.

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