La misma lógica de la
esquizofrenia como la consecuencia de trastornos de identidad disociativos de
la entidad, de lo que somos comparados con lo que se supone que tendríamos que ser,
de individuos como animales sociales, de la frecuente ansiedad por lo que
creemos que somos más allá que por lo somos en realidad, mezclada con las afectividades
aplanadas que nos impiden expectativas regulares, cooperación regular para
salir entre todos de inconvenientes comunes, más ambivalencias que nos llevan y
traen del autismo, la misma lógica se podría aplicar para calificar la ambivalencia
para el gráfico de un turismo que está explotando por todos lados contrastando con
los gritos de advertencias de los gansos con sus consabidos mensajes obscenos,
resumidos en grandes titulares de diarios editoriales de radio y de TV que anuncian
Apocalipsis que nunca llegan, por explosión de los equilibrios sociales
alterados inminentes, nunca comienzan las mañanas con buenas noticias menos las
de los lunes para que la semana empiece para la mierda menos las de los viernes
para no olvidar la categoría de basuras durante el fin de semana, si no son
absolutamente malas son solamente un poco menos malas, no pueden ser buenas
noticias, para exacerbar a la gilada amontonada en las franjas medias de la
población para que salga a las calles con las ridiculeces de las cacerolas y
los piquetes a a desordenar a interrumpir los estados de derecho, o el turismo
explotó por los méritos que se derivaron de algunas políticas públicas que se
instrumentan con otras que pueden haber sido mejores o peores, o inventaremos
otras explicaciones para negar, disociar lo que no es de lo que es, para seguir
siendo funcionales a los que desde el fondo de la historia nos utilizan de
forros, que gastamos como ricos pero nos quejamos como pobres, que gastamos lo
que no tenemos mientras no gastamos lo que en realidad tenemos.
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