miércoles, 8 de enero de 2014

Desmitificando; emergencias energéticas.


Efectos y la historia textual.
Comunicado del ministro Julio De Vido
El ministro de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios, Arq. Julio De Vido, emitió un comunicado para desmentir una noticia publicada en el diario Clarín.
Ante la reiteración de falsedades y mentiras en el diario Clarín, en esta oportunidad en el artículo "Venezuela detectó un sobreprecio millonario en una obra con la Argentina", en el que se intenta otra vez vincularme con una consultora, como ya lo hicieron en el mismo medio el 7 de mayo de 2012 y en un programa televisivo del Grupo Clarín el 22 de julio de 2013, quiero realizar las siguientes aclaraciones:
Como señalé en aquellas oportunidades, no tengo ni tuve ninguna relación comercial, laboral, familiar o de ningún tipo con Jorge Pinto, Jorge Doninni y Guido Ambrosi, más allá del conocimiento personal desde hace 20 años por ser vecinos de Río Gallegos y por tratarse de reconocidos profesionales con los que he tratado en Santa Cruz a partir de mi actividad como arquitecto y en la función pública. Ello implica que nunca trabajé para ellos, como como maliciosamente informa el diario, cuando se refiere a esas personas como "exjefes de De Vido". Al respecto, me gustaría saber si el señor Daniel Santoro (autor del artículo) sólo trabaja para Magnetto.
En consecuencia, al no existir relación entre mi persona y dicha consultora, no hay ningún motivo para que esa empresa, como cualquier otra, pueda ejercer de manera lícita su actividad donde lo crea conveniente, a no ser que empresarios presuntamente santacruceños deban abstenerse de trabajar en otras provincias o tengan prohibido exportar servicios y trabajo argentino a Venezuela. Esto último sin que haya existido ninguno gestión especial del Gobierno Nacional, más allá del orgullo que nos produce que se exporte conocimiento argentino, sobre todo a Venezuela donde los expresidentes Néstor Kirchner y Hugo Chávez primero y los actuales Cristinta Fernández de Kirchner y Nicolás Maduro, han trabajado intensamente para consolidar la complementación económica entre los dos países, en base al intercambio de combustibles por productos agropecuarios e industriales.
En ese sentido, quiero destacar que producto de ese trabajo el intercambio comercial entre los dos países aumentó más de 8 veces desde 2004, permitiendo que la Argentina realice exportaciones por más de 12 mil millones de dólares, que incluyen productos de alto valor agregado como tractores, ascensores y medicina nuclear, entre otros.
No puede soslayarse que Clarín vuelve a reiterar este compendio de infamias en los días previos a una visita de la presidenta de la Nación a Caracas, en la que constituirá la primera cumbre del Mercosur organizada en Venezuela, recientemente incorporada al bloque, marcando el nuevo impulso que tiene la integración sudamericana. Sin dudas, el Grupo Monopólico, en base a quién sabe qué intereses, busca nuevamente poner sombras sobre un proceso que es fundamental para el futuro del país y de la región, y por eso los preocupa tanto.
Por otra parte, resulta llamativo que el artículo haga mención a las denuncias del exembajador argentino en Venezuela, Eduardo Sadous y omita de manera deliberada que por las mismas Saodus se encuentra procesado por falso testimonio, es decir por mentiroso, siendo eso lo único que quedó de aquella operación calumniosa que también iniciara Clarín en 2010 y de la que sería bueno pueda saberse alguna vez quiénes fueron sus verdaderos instigadores. De la misma manera que en el caso de Santoro habría que ver si Sadous sólo trabajaba en la Cancillería.
 Por último, no participé en modo alguno del proceso de adjudicación de la obra mencionada por Clarín, siendo la misma una decisión exclusiva del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, que es quien administra el fideicomiso en el cual nuestro país deposita el importe de las compras de combustibles y luego es utilizado para adquirir productos y servicios en Argentina, como hemos explicado en infinidad de ocasiones. Por suerte los lectores ya no están desprevenidos y saben reconocer estos artículos elucubraciones sin sustento que sólo buscan perjudicar el buen nombre a través de la infamia y la mentira como único recurso.



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