miércoles, 22 de enero de 2014

Desmitificando; cooperaciones.



La misma lógica evangelista o lógica evangélica de Juan tomada de Juan el Bautista según la cual antes de mí está el que estuvo, o potenciando y proyectando que antes del que estuvo está el que Es, que se puede tranquilamente transpolar a antes de lo mío lo que es para el otro, podría aplicarse para interpretar y ajustar las consideraciones de la cooperación en una aldea donde por lo general esto de la solidaridad se escinde de las cuestiones éticas, el pobre es pobre por indolente y el rico es rico porque está dotado de cualidades determinadas aunque sean invisibles, así es fácil y es fácil desentenderse con argumentos tan frágiles, con nadie que se haga cargo de las responsabilidad que nos cabe como sociedad en los límites de la cooperación para equilibrar expectativas y satisfacciones, de anteponer las necesidades básicas de los demás a las necesidades derivadas propias, por una vez hasta que el ciclo vuelva a los tramos del auge, un auge que conviene a todos, en cambio y en medio de falsas controversias que nos imponen por los medios de comunicación, ahí vamos los de medio pelo en la aldea empeñados en defender a los que nunca no defienden y en no defender a los que siempre nos defienden, o sino que lo digan quienes habiendo pertenecido a la ceremoniosa y movible clase media cuando fue el 2001 no fue recibido con naturalidad en las ferias del trueque y tachado del puesto de trabajo pulverizado entonces por quienes pertenecen a las clases poderosas.

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