La misma lógica de la educación
para la emancipación en la cual las causas de las impotencias de las
imposibilidades de las ineficiencias no radican en la falta de entendimiento,
sino en la falta del valor y de la decisión necesarios para disponer de uno
mismo sin la dirección de otro que describe Adorno y que en alguna parte cita a
Kant cuando define que "La ilustración es la salida del hombre de su
minoría de edad auto culpable", esas son líneas confiables sobre las
cuales podríamos algún día comenzar a proyectar nuestros aprendizajes nuestras
habilidades nuestras educaciones, son las que nos vendrían muy bien por la
aldea para terminar con esos pruritos por los cuales interrumpimos las
normalidades para vivir en estados de emergencias permanentes responsabilizando
a los demás (al anodino “gobierno” especialmente a cualquiera) nunca
haciéndonos cargo por lo que nos corresponde, en general, ejemplo: el caso del
dólar, y las declaraciones presuntamente autorizadas que salieron ahora, ¡y
bueno los argentinos somos así!, no vamos al carnicero ni al verdulero con los
dólares pero nos desesperamos por tenerlos debajo del colchón convencidos que
su propiedad abre puertas que además nunca estarán abiertas para nosotros, no
es que no entendamos, entendemos muy bien pero somos unos campeones para
hacernos los boludos, “nadie me tiene que decir qué hago con mi plata”, ¿cómo
que nadie te tiene que decir si la plata es un bien público?.
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