Taras y tarados.

Habría que agendar este aniversario a la bandera de la aldea y el discurso de ella a los tarados notables que tenemos en alguno de los poderes que supimos conseguir, hito histórico si los habrá independientemente si la mina logra sobrellevarla en las mareas que le aparecerán en adelante, además porque a la mayoría de  los taraditos menores no costará como nos cuesta interpretar por dónde va la mano de lo que quiere hacer más allá de lo que dice y de la forma en que lo dice porque sacan de juicio estos guachos almidonados, mambos que tienen sus explicaciones más firmes en el siguiente ejemplo; que el que quiera contradecirla que mencione en un minuto de changüí un momento de su vida de medio pelo que sintió que “la justicia” estuvo de su lado, un minuto nada más para esos miles de damnificados que son muertos civiles gracias a que esos los mismos que hoy fueron destinatarios de las arengas de ella no hicieron ni harán nada para defender las garantías constitucionales, sí las defienden a las garantías constitucionales de los adinerados, funciona lo mismo que funciona en nuestros sistemas de salud o educación, con plata se arregla todo y sin plata no somos nada ni siquiera en nuestros propios funerales.