sábado, 29 de junio de 2013

Taras y tarados.


Lo que los paisanos llaman aumentos de costos detrás de las tranqueras cuando se encaprichan en llevar para arriba los precios de la carne de exportación pero con esos precios también los precios de la tripa gorda (para el locro) y del mondongo (para el guiso), lo que los paisanos llaman aumentos de costos que no son aumentos de costos, son las aplicaciones que ellos hacen a los precios de sus productos – como la harina por ejemplo – a partir de los consejos que les dan los gringos amigos o los paisanos que hablan porque tienen gringos amigos que les calientan las cabezas con los cantos de sirena que la hectárea desmontada para sembrar soja tiene que cotizarse en dólares y a un valor que por lo menos es el doble del valor que antes de ponerlo en verde tenía el terrenito en pesos, eso es lo que presuntamente es para esos melindrosos gauchitos que son más bien guachitos que no les importa nada ni siquiera de los pobres que por eso que hacen ellos pagarán el quilo de pan como a veinte pesos, como si el quilo de trigo equivaldría a una onza de oro de veintiocho quilates, ellos llaman aumentos de costos a esas especulaciones que hacen con sus extranjeritos preferidos mientras eructan después de sus pantagruélicos asados bien regados por vinos con varios años de estacionamiento, no es más que eso, para lo que además cuentan con economistas que les encuadran estas pelotudeces en tres ecuaciones para que se lo crea la gilada.




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