Taras y tarados.

¿Y Cabezas?, ¿y Candela?, ¿y Julio López y tantos otros?, ¿y Axel?, ¿y Soledad?, ¿y Marita y otros tantos?, por uno o por otro lado se termina cayendo al territorio de los comunicadores que tenemos algunos de los cuales se quedaron de grado y deben una buena cantidad de materias en varias de las universidades de la vida especialmente, son buenas las preguntas de qué harían los tarados que informan sin los muertos nuestros de cada día, con los que además de sus oficios de periodistas desarrollan sus oficios de psicópatas terminales y morbosos con cientos de docenas de hipótesis de crímenes imposibles y se quedan allá empantanados por la cantidad de días que los separan estas noticias y las próximas noticias que apareen con los próximos muertos nuestros de cada día que siguen viviendo en ellos mediáticamente hasta que ellos los matan por última vez cuando se les ocurre y entonces los ningunean para la posteridad y la impotencia de los que quedaron de este lado que sea lo que sea los sacan de los horarios centrales de los medios con más rating que cualquiera, son buenas las preguntas qué harían porque más de la mitad de los espacios vacíos conjuntos vacíos que venden como si fueran segundo al aire en lugares de adinerados en algunos casos hasta un ochenta por ciento de esos espacios están asignado a nuestros muertos de cada día muertos que se reviven para el espectáculo de cada día en ese cúmulo de espectáculos que montan para entretener a docenas de cientos de tarados que desde el otro lado alentamos masivamente.