miércoles, 4 de septiembre de 2013

Desmitificando, empleados públicos visibles invisibles.


Casi siempre nos agarramos con los visibles que son los que primero se tienen a mano cuando hay delitos contra el patrimonio social, y hablamos de la corrupción y de los corruptos que la sostienen porque esos están ahí, en la superficie, son gobernantes o funcionarios de los gobernantes o son legisladores o son jueces pero la cuestión es que cuando necesitamos denotar a alguien ahí están, visibles a los ojos de cualquiera más o menos cara rotas que se enriquecen con el esfuerzo ajeno que por otro lado es la única manera de tener más y de más, pero bueno, son empleados públicos y ahí estuvieron, ahí están ahí estarán, los invisibles son los que revisten mayores gravedades ellos sí que cuentan a las horas finales de los balances cuando faltan dinerillos de las arcas del estado, interesan más porque son muchos, invisibles a los ojos y a la percepción de los mortales comunes pero igualmente delincuentes como los otros, tipos grises o que parecen grises pero que tienen sus cuotitas de poder y con sus cuotitas de poder impunidades para ser peores corruptos que los otros empleados públicos, que dicho sea de paso eran empleados de categoría de una época en que probablemente hacían lo mismo pero se notaba menos, estos son peores que aquellos porque como nadie los ve hacen lo que quieren en sus planillas de contabilidades donde pueden falsear y mentir sin que nadie se percate, son iguales de corruptos que los que andan en la actividad privada con la diferencia que a la factura de sus locuras la paga la gente la sociedad cuando en la parte privada también la paga la gente pero dentro del ámbito privado.





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