La misma lógica híbrida de las
intervenciones de organismos supuestamente globales opinando sobre
conflagraciones también globales, la misma lógica atravesada de las
declaraciones sin sustancias sin efectos como para revertir tragedias de
pérdidas en vidas humanas, la misma lógica de las intervenciones
institucionales que no se reflejan en intervenciones reales, es la misma lógica
que estarán aplicando los responsables de los conflictos en Gaza, en esa
especie de pantalla, actual, de los más antiguos enfrentamientos por la
propiedad nominal de los activos globales, donde estrictamente los fanatismos
que aparecen como tomas de posicionamientos territoriales son en realidad
fundamentalismo por los que radicaliza al hombre, lo que cualquiera sabe de
estos que llevan discutiendo por los mismo cinco mil años.
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