La misma lógica del asco que
provocan las nauseas porque se trata realmente de mugre humana de las bajezas
más bajas de la condición humana de cajetillas que se creen permanentemente que tienen al mundo embocado, sin palabras, textual.
Mientras Axel Kicillof se pelea
con los fondos buitres, y la Argentina se asoma al default, en las cuevas de la
City porteña pareciera reinar el pleno optimismo.
¿Por qué? Porque quien quiera
sacar sus dólares del país porque supone que estarán más a salvo en algún otro
rincón del mundo, recibirán como recompensa un 3%, siempre cuando la
transacción sea por una ficha (tal como denominan en la jerga) mayor a u$s
100.000. Esto ocurre porque están ingresando muchas divisas a través del cable
(como se conoce en el ambiente al canal informal). Por eso, quien quiera traer
divisas del exterior deberá afrontar un sobrecosto del 4,5% del monto. El 1,5%
de diferencia es la comisión que se quedan las cuevas por encontrar a las dos
puntas. Por cada gamba (u$s 100.000) operada nos queda u$s 1.500. Es un lindo
negocito, revelan las fuentes del dark market. En parte, los dólares que
ingresan del exterior se utilizan para comprar bonos serie D en la plaza local
y venderlos en Wall Street, con cuyo arbitraje se venía ganando un 14%, aunque
ayer cayó a un 10%. Es el rulo del momento. Claro que para eso necesitás tener
los billetes declarados y todo blanco, pero lo traés por el cable porque
necesitás el físico (los dólares), señala el titular de una cueva ubicada en el
edificio Safico, en Corrientes 456. Allí se puede ver un cartel que alerta a
los clientes que no dejen su auto en el estacionamiento debajo del Banco de Tokio,
en Corrientes 436, por los múltiples asaltos que sufrió gente al salir con un
attaché del edificio Safico, donde abundan las financieras (casualmente,
lindero al estacionamiento de Tokio).
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