domingo, 29 de junio de 2014

Desmitificaciones, legalidades.




La misma lógica autoritaria de considerar que las legalidades son legitimidades, la misma lógica del despotismo y la arbitrariedad que sirve para trazar la identidad dentro lo que se supone que es legal en una interpretación extremadamente subjetiva, y la legitimidad, claramente más objetiva, de eso que alguien interpreta como que es legal cuando para que sea legal algo basta con que un grupo cualquiera de ciudadanos teóricamente convalidados con el voto particular lo confirme levantando sus manos, lo que no quiere decir legitimidades, porque si así fuera no hubieran existido las guerras, absolutamente ilegítimas interpretadas en los escenarios globales, más otras aberraciones que se cometieron en las transposiciones o extrapolaciones de un  juez corrupto cagándose en una soberanía nacional, es la lógica que aplicaron reiteradamente los sostenedores de las mayores tensiones del capitalismo global que no termina de definirse en esas dialécticas permanentes entre el derecho público y el derecho privado y entre las entidades públicas de derechos públicos y las entidades públicas de derecho público y de las entidades privadas de derechos públicos y las entidades privadas de derecho privado, todas concepciones de mentes torcidas para confundir en esa frontera sutil entre los legal u lo ilegal entre los legítimo y lo ilegítimo, manteniendo status quo que definitivamente pasaron de modas.

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