La misma lógica de la superchería
barata del convencimiento miente, miente, porque al final algo queda que es lo
mismo que decir miente, miente, que al final esas mentiras toman entidades de
verdades aunque sean flanes de convicciones, la misma lógicas de la falsedad
superflua con la cual alimentan el hambre y el resentimiento de los lobos de
clase media en la aldea, la misma lógica que permite las conversaciones tensas
de diferencias insalvables de los lunes a la mañana cuando queda remar toda la
semana, la misma lógica de la superchería barata de repetir mentiras hasta el
hartazgo de quien ni siquiera tienen la mínima posibilidad de réplica en el
instante, es la lógica que se aplica en los medios de comunicación llamados de
más prestigio en la aldea, que ahora dan vueltas delirantes con el tema del
vicepresidente, buscando lo que buscan desde siempre particularmente en los
últimos diez años, interrumpir lo que no tiene que interrumpirse, poner un
paréntesis o puntos suspensivo en algo que, en más o menos doce meses se vuelve
a jugar en las urnas, sus actitudes se comprenden, hoy la suerte no está del
lado de los intereses que esos medios representan, hoy la suerte no está del
lado de los mercados, aunque ellos para vender sean más ordinarios que los de
la salada, a los que además de criticarlos los persiguen.
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