lunes, 30 de junio de 2014

Desmitificaciones; regencias.

La misma lógica que en las usinas de poder utilizan para criticar al estado inmiscuyéndose en lo que, protocolarmente, llaman ámbitos privados, la misma lógica que utilizan esos que toman a la justicia como de su propiedad o formando parte de sus patrimonios, la misma lógica de los carroñeros que vivieron y pretenden seguir viviendo no solamente de los que destruyen sino del producido de sus destrucciones que es como el consumo de la sangre de los que ya murieron, la misma lógica de la confusión del poder arrogándose derechos que son antes universales que individuales, de regencia, de control sobre los actos de otros como gendarmes del orden, sobre las acciones o las decisiones de los demás, la misma lógica que la sinarquía global, la auditoría de los prolijos autoproclamados, utiliza para borra al estado para sustituirlo con lo que llaman mercados que son los mismos integrantes notables de esa sinarquía, es la lógica que por la aldea tendríamos que utilizar, para criticar al corporativismo enfermizo de los privilegiados y poderosos dueños del capital financiero, inmiscuyéndose en las cuestiones del estado o en las cuestiones públicas, porque, qué o quién establece, que está mal que el estado se meta a ver los contratos entre privados, y que está bien que la corporación se meta a ver los contratos públicos, son analogías que aunque hayan tratado poco los filósofos no tienen porque no tener entidad.



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