viernes, 16 de agosto de 2013

Taras y tarados, círculos viciosos.



Es reiterativa la tara de decir que uno es lo que no es y de negar ser lo que en realidad es, una tara que seguro tiene raíz universal pero su réplica local potenciada, así los tarados por lo menos los de por acá tienen diseñada una sociedad donde la mirada de las personas que la integran se pasan controlando a la otra mitad de la población que, a la manera de un balancín, también ejerce control sobre la otra mitad, es que la mitad que aparece como la población más estructurada la que presuntamente cumple con las disposiciones y las leyes en las intimidades es la menos estructurada y la que menos cumple con las prescripciones comunes, es que la otra mitad que aparece como la población menos estructurada la que presuntamente no cumple con las disposiciones y las leyes en las intimidades es más estructurada y la que más cumple con las prescripciones comunes, rozando el milagro cotidiano por el que miles de pobres carenciados y desposeídos se resignan a aceptar que conviven en el mismo planeta con miles de ostentadores y apropiadores que se las creen de poderosos, círculo vicioso de la condición humana que no sirve para terminar de responder preguntas que no tienen respuestas, porqué unos no comen mientras otros destruyen capital social conseguido.

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