viernes, 2 de agosto de 2013

Taras y tarados, a cuatro manos.


Se enojaron los negros, los sacaron de sus ejes de los boggie les movieron los rieles les quebraron los durmientes, les suspendieron la tara, esa tara tan común en la aldea que los unos son cautivos de los otros y estos de aquellos en la aldea de siervos, por caso en este caso la clase media, que sin ser un rejunte de santos precisamente, son cautivos de los paquetes de la alta sociedad y de los negros que ahora se ofendieron porque saldrán con sus argumentos, probablemente, a decir que las filmaciones de ayer donde muestran a uno de ellos durmiendo y el otro leyendo y el otro entretenido con su celular en la cabina de un tren en el que transportan mil personas, esos mismos dirán que eso de filmarlos es ir contra la intangibilidad de sus libertades laborales, se enojaron los negros y arrancaron agosto justo el día que hay que chayar los nidos para aventar los malos espíritus, arrancaron con un paro sorpresivo, probablemente en reclamo porque los filmaron rascándose a cuatro manos mientras conducían una formación de trenes que transportaba a mil pasajeros o a unos es lo mismo de grave en promedio, se enojaron los negros y decretaron la huelga, pobres de nosotros pobres infelices que precisamente no somos niños de pecho, que con otras cosas y con algunas excepciones, nos rascamos a cuatro manos como estos negros y los rubios productos de intensas cruzas de los que vinieron de otros lados a hacerse la américa, y se la hicieron, esa misma américa que nunca fue nuestra.





No hay comentarios:

Publicar un comentario