Doy fe en fecha primero de agosto
de dos mil trece en plena peatonal Perú-Avenida de Mayo siendo las once
cuarenta hay mil reproducciones de la eterna tara de comprar y vender dólares
con el remanido argumento que es la única forma de guardar ahorros seguro que
mal habidos que se pretenden desenganchar con los cambios de referencia, y
entonces en los volantes del partido de tarados políticos una especie de mago
merlín que publicita que alguna vez gracias a él que fue presidente del banco
central de la aldea donde hay unos cuantos tarados amontonados y a los
competentes que lo acompañaron,
cambiaron la inflación del cuarenta al cuatro por ciento como diciendo
que ahora ir del veinte al dos es más fácil que aprenderse de memoria la tabla
del dos, argumentando que como siempre a la culpa de todo esto la tiene el
gobierno que por supuesto en sus calificaciones estará plagado de otros tarados
similares y el INDEC una institución mutante que no sirve para nada con otros
tarados adentro, y que en esos aumentos no tienen nada que ver los tarados que
forman los precios que son en realidad los responsables no más de una media
docena de tarados tirados a pícaros que mientras ellos ponen caras de sotas y
de patroncitos de estancia muy buenos, unos negros fornidos y unas rubias que
parte la tierra en esa misma peatonal tiemblan con la moneda de la aldea, claro
que seguro que ninguno, preparará un proyecto para perseguir arbolitos con los
mismos entusiasmos que le ponen cuando hay proyectos algunos convertidos en
leyes por los que persiguen bolivianos verduleros que se rompen el lomo y el
culo para sobrevivir día a día.
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