domingo, 18 de mayo de 2014

Desmitificación; los rasgos de Gargantúa.



La misma lógica decimonónica y victoriana de apuntarle a lo irrelevante como condición que conduce a lo relevante, de hacer barullos de sabandijas, de levantar cotorreos de señoras con batones ruleros y chancletas, para que a los desprevenidos les suene a importante y, movidos por sus emociones más cochinas levanten mezquindades y revoluciones en función de sus inconfesables mezquindades, la misma lógica de Conan Doyle de ver dónde o hacia dónde otros solo miran, la misma lógica de Rabelais de abundar para que aparezca solamente lo superficial mientras discurre los esencial, tiene que ser la lógica que aplican los chantas comunicadores sociales en la aldea para informarnos a los otarios sin elecciones que somos nosotros, vacío de la información o  información vacía, cuando en forma rimbombante nos informan de procesos judiciales, como el de la causa del vicepresidente que, ellos y nosotros, saben de antemano que son equivalentes a gastar pólvora en chimangos, porque hoy venden ciento cincuenta mil ejemplares de sus putos diarios con información de la que mañana ni nos acordamos.

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