La misma lógica de pasar de un
estado de ánimo al otro de ir del blanco al negro con las emociones, con los
sentimientos, con las alegrías y las angustias, la misma lógica de la polaridad
puesta casi simultáneamente en dos planos contrapuestos como si no hubiera
alternativas con los puntos intermedios, la misma lógica de la dispersión que
nos lleva de estar mal a estar bien, de estar pum para arriba a estar pum para
abajo, la misma lógica del trancabalanca de los estados de ánimo disímiles, es
la que algunos patrocinadores y otros trabajadores de nuestro medios de
comunicación esos que sufrimos todos los días, saben que funciona muy bien
adentro de nosotros que somos blandengues y nos entregamos al mejor postor,
desde el culo de nuestra historia, desde Moreno a San Martín, de Irigoyen a
Perón, viejos enanos fascistas como nos calificó alguna vez la Fallacci, por
eso nos cansamos rápido de los gobiernos que están en gestión por eso nos
entusiasmamos rápidos con los potenciales gobiernos que vayan a venir,
haciéndoles la vista gorda a todos los corruptos que vestidos de señores
caminan por las calles más paquetas de la aldea, que tienen intereses creados y
entonces licuan sus entuertos en los intervalos.
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