La misma lógica que sustenta el
presunto prestigio del interlocutor que por lo general coincide con uno de los
próceres comunicadores sociales nuestros, o con uno de esos especialistas
truchos en economía o en ciencias sociales que escriben libros y dan conferencias
en la feria del libro, de esos de los que sufrimos cada día, esos señores
eternamente sensatos con portafolios y corbatas y ladrones que enseñan a los
insensatos también eternos sin posibilidades de reivindicaciones, de las mil y un formas de evadir y de hacer maniobras
fraudulentas con la moneda nacional y otras yerbas, la misma lógica del
discurso del soberbio escasamente sobrio frente a los infelices que además de
los infelices son también eternamente discriminados en el sistema que ellos
ayudan a mantener, la misma lógica del mesianismo reivindicativo aunque se haga
sin autoridad moral alguna, mesianismo
tan propio de la idiosincrasia aunque sea también propio de otras culturas o
hay otras categorías de mesianismos por ahí, es la lógica de los que escriben
cosas como esta evidentemente y por ahí, que “el capital financiero se las
arregla para salir del país escondido en la sub facturación de exportaciones y
en la sobrefacturación de importaciones comerciales, y el BCRA se transforma en
el principal -¿y único?- comprador de dólares a $ 8 del mercado oficial de
cambio, aquellos que históricamente se han dedicado al negocio de la
compra-venta de divisas parecen haber acuñado en los últimos días algunas
variantes más cómodas para seguir operando la divisa sin tener que vérselas con
el hombre más poderoso del momento: el ministro de economía”, realmente de
terror, y una pelotudez.
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