La misma lógica de la
insatisfacción irresoluta de la depresión sin remedios que permanece gracias a
la necedad propia, la misma lógica localmente llamada de "Síndrome del
Pitufo Gruñón", de irritabilidad masculina que empieza con una deficiencia
en los niveles de testosterona, también causante de otros cuadros depresivos,
la misma lógica asociada a la menopausia masculina, que afecta muy
especialmente a los presuntos comunicadores sociales en nuestra aldea, asociada
a la disminución de energía, de vitalidad, al escaso entusiasmo por vivir y
cambios en el humor, a la hipersensibilidad, a la ansiedad, a la frustración y al
cólera, al enojo, a la impaciencia que transmiten en cada columna de diario, a
la culpabilidad, a la insatisfacción que se filtra en cada noticiero, al sarcasmo
guachamente utilizado, a la falta de autoestima que mide el pinét de empleado
del mes, a la tensión nerviosa, al abandono, a la tristeza, a la hostilidad
permanente, a la sensación o al medio de no ser considerado de ahí la conducta
desafiante y demandante, es la lógica de los que hoy anuncian con bombos y
platillos que en estos momentos en estos mismo momentos se están destruyendo
empleos, por fin una mala noticia más para dar al pueblo de infelices que ni en
fin de semana largo tienen derecho a creerse que la aldea, alguna vez, puede
ser una aldea diferente a lo que fue, por fin una más una mala noticia más para
hablar mal del gobierno de turno, en nombre de los desesperados patrones que
bregan por volver a tener el poder ante los vasallos y giles que se las creen,
agoreros y apocalípticos, esos son, los que desbordarán las sedes brasileñas
del campeonato del mundo dentro de menos de un mes, los que hoy desbordan los
centros turísticos.
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