
Presurizaciones.
Igual que en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches, los ciudadanos comunes masificados en ese conjunto que los estudiosos llaman opinión pública, definitivamente por estas geografías tenemos que aislarnos con oxígeno artificial y propio porque con el otro no alcanza se lo quieren respirar todo los detractores de todo y de todos con la excepción de ellos mismos, esos informadores apocalípticos que viven con las malas noticias ellos establecieron que son las novedades que necesitamos en el gris devenir por el que vamos con todo los que ellos conocen de la boca para afuera y para nosotros es la realidad nuestra de cada día, tenemos que crear nuestro propios micro climas y dejarlos a ellos que sigan cocinándose en la propia tinta de sus venenos inveterados.
(Mariel Fornoni resumida) - Ya en el mes de marzo del 2012 señalábamos la aparición de luces amarillas que mostraban que el humor social había cambiado. Lamentablemente esto se confirmó a lo largo de todo el año pasado y el Gobierno nacional cometió una sucesión de errores no forzados, que se reflejó en una importante caída de casi 25 puntos en la imagen de la Presidenta así como en la aprobación de gestión del Gobierno nacional y que se observó en las calles el 13 de setiembre y más aún el 8 de noviembre. En lo que va de este reciente 2013, la imagen de la Presidenta se ha mantenido en una meseta, con una tenue recuperación, pero que no se ve exenta de señalar algunas cuestiones que nos parecen importantes. Las expectativas sobre la economía siguen siendo preocupantes. El tema de la inflación se sigue acercando a la ya instalada preocupación por la inseguridad y crece la inquietud por el desempleo y la corrupción. Está claro que las dudas sobre la economía empiezan a tener asidero en cuestiones que ya no están en el marco de las expectativas, sino en señales de la realidad económica: la caída de la actividad en la construcción, el crecimiento de la brecha cambiaria, las dudas sobre Brasil y nuestra dependencia, sumadas a la situación compleja de las provincias, en un año electoral parece paralizarnos ante una situación al menos compleja. Por otra parte, una inflación más alta con cinco centrales sindicales y paritarias aún sin resolverse y un gremio docente que lleva a la Provincia de Buenos Aires a plantear, antes de comenzar cualquier discusión, que no va a poder hacer frente a los aumentos que se obtengan sin que el Gobierno nacional escuche sus reclamos, también nos ponen ante interrogantes difíciles de responder.
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