jueves, 28 de febrero de 2013

En primera persona.


Contrariedades.
¿Quiénes son estos que defienden qué intereses que no son los nuestros?, uno se queda preguntando dónde están los malos en esta aldea en la que todo parece en equilibrio derivando conclusiones de lo que se lee que es igual a lo que informan los medios que se llaman a sí mismos independientes que en realidad es un rejuntado de tipos dependientes de muchas cosas y entre esas del dinero, uno se queda preguntando dónde están los malos, hasta los delincuentes son buenos o hay que tenerles consideraciones después que mataron gente o atentaron contra los patrimonios de los demás, es como que no hay malos en esta aldea donde todos somos divinos en todo lo que hacemos casi como para meternos en un frasco de formol para mostrar a las generaciones venideras que hubo un grupo de cuarenta millones donde no había malos porque la verdad es que de las maldades que hay en el sistema siempre tiene la culpa el otros y, de tanto cargar las tintas sobre el otro, la gilada se lo cree a pie juntillas, donde quedan los malos con tanto abarrotamiento de buenos haciendo muy bien sus trabajos, dónde quedan los malos si no es en los pasillos de la rosada.
En medio de la expectativa por los anuncios que supuestamente hará el viernes en el Congreso la presidenta Cristina Fernández de Kirchner relacionados con el Poder Judicial, el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, inauguró ayer el año judicial, el del cumpleaños número 150 del tribunal, y reivindicó el rol de la Justicia en el sistema republicano de gobierno. “Nunca hemos dicho al poder político lo que tiene que hacer, sino que hemos dicho lo que es contrario a la Constitución, o hemos afirmado lo que la Constitución quiere que se haga”, expresó Lorenzetti en uno de los numerosos párrafos que fueron interpretados como destinados al kirchnerismo, que tiene planes de “democratizar” el Poder Judicial con medidas cuyo alcance se desconoce. El titular de la Corte, que dijo haber “consensuado” su discurso con los otros seis ministros del tribunal, revindicó “el derecho a la libertad expresión” y “la posibilidad de ejercer la crítica en una sociedad democrática”, aseguró ser “respetuoso de la pluralidad” y destacó que “conmueve” en la Corte “la postergación de los derechos de los jubilados”. Fue ante un auditorio repleto en el Palacio de Justicia, donde llamativamente faltaron el ministro de Justicia, Julio Alak, y la procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, promotora de un encuentro de jueces y funcionarios judiciales que comenzará hoy bajo el nombre de “Justicia Legítima” y que precederá el discurso de la Presidenta al abrir un nuevo período de sesiones del Congreso el viernes. Lorenzetti sostuvo que hace 150 años “imperaba la idea de la homogeneidad” pero que ahora “ya no hay pensamiento único” sino “conflictos y consensos básicos o mínimos”. Y añadió: “el conflicto debe existir, es el motor de la vida social, no hay que tener miedo a los debates fuertes, a la colisión de intereses, porque es lo que permite la transformación de las sociedades”. “También el consenso debe existir, pero referido a un marco general de acuerdos sobre algunas reglas básicas. Es lo que ocurre en los partidos de fútbol: los jugadores compiten, las hinchadas se gritan, hay pasión y sentimientos, pero nadie cambia el reglamento o el árbitro para poder ganar el partido”, graficó el presidente del máximo tribunal. Luego se refirió a “algunos” a los que “les llama la atención nuestra posición de equilibrio” y que ella “les parece ambigua”. “Esta Corte no es ambigua con los principios, que son claros y coherentes”, afirmó. Tras sostener que “la Corte no debe gobernar” sino “ser consistente con la mayoría de las decisiones del pueblo”, aclaró que esto “no siempre es así” porque “hay suficiente experiencia en el mundo que muestra que las mayorías han tomado decisiones inconstitucionales, como por ejemplo apoyar el Holocausto”.

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